Soprema
¿Cómo influyen nuestras soluciones en la eficiencia energética de una fachada?
La elección de los materiales que dan forma a la fachada depende del estilo y la función del edificio, así como de las consideraciones de sostenibilidad y eficiencia energética.
La impermeabilización y el aislamiento térmico son dos aspectos importantes que deben tenerse en cuenta en la construcción de fachadas. Ambos aspectos están estrechamente relacionados e influyen en toda la envolvente del edificio.
La impermeabilización de una fachada es importante para prevenir la entrada de agua, humedad y aire en el interior de un edificio. Una fachada con problemas de impermeabilización puede provocar la formación de moho, el deterioro de la estructura del edificio, la pérdida de energía térmica y la reducción de la calidad
del aire interior.
En Soprema ofrecemos barreras de aire y/o vapor, como nuestro Soprasolin y Sopraseal, diseñadas para controlar el movimiento del aire tanto dentro como fuera de un edificio. Asimismo, otorgamos aislamientos térmicos, por ejemplo Sopra-XPS y Sopra-ISO, y acústicos, como Tecsound SY, para regular el sonido o
temperatura en un espacio.
En una fachada la impermeabilización ayuda al control de la ventilación del edificio, por ello es importante tomar en consideración la barrera de vapor o
láminas transpirables y selladores. El aislamiento térmico es importante para reducir la cantidad de energía necesaria para mantener una temperatura
confortable en el interior del edificio. Además, un buen aislamiento térmico ayuda a mantener la temperatura interna constante, reduce la necesidad de calefacción y refrigeración, y, por lo tanto, disminuye el consumo de energía.
De la misma manera, comercializamos accesorios para los sistemas para muros, como nuestros clips térmicos ACS, que se encargan de reducir la cantidad de
material conductor y los efectos de los puentes térmicos en dichos sistemas.
En resumen, la combinación de una buena impermeabilización, aislamiento térmico y barrera de vapor y/o aire mejoran significativamente la eficiencia energética de una fachada, y, como resultado, del inmueble en general.